(Traducción libre de un poema de Emily Dickinson)
No es morir lo que nos duele tanto
sino la vida, que nos hiere más;
pero la muerte es un misterio
oculto tras la puerta:
la costumbre del sur del pájaro,
que antes de que llegue el frío
emigra a una mejor latitud.
Nosotros somos los pájaros que se quedan.
(Ateridos gorriones que frente al cobertizo del granjero
mendigan desastrados sus esquivas migajas
hasta que piadosísima la nieve
convence a alas y plumas para emprender el viaje).