Cómo saber si un cactus ha muerto
Primero habría que fijarse en la rigidez de sus espinas,
luego en la consistencia de su cuerpo
que debe ser firme y robusto,
más tarde habría que pensar en el clima
o en cada cuánto se le puso agua.
Un cactus muere tres meses antes de que nos demos cuenta
y es imposible saber si las pequeñas señales:
los bordes amarillos, el encogimiento,
son indicios de la muerte o tan sólo parásitos.
Los expertos dicen que sólo existe un signo
inequívoco de la putrefacción:
hay que pinchar su carne
para ver si brota algo y confirmar
que el hedor ha comenzado a formarse
desde dentro.
Dicen que el amor es de todos los días
pero yo no sabía que los cactus pueden llegar a ahogarse.
Pensé que cuidarlo era ponerle más agua.
Siempre me ha costado entender cuánto es suficiente.
Cirrosis hepática
Cada veinticuatro semanas
–o cada que el médico lo señale–
vaya al laboratorio de su preferencia
hágase una prueba de función hepática
y compruebe sus niveles de bilirrubina.
Tenga en cuenta
hacer actividad física regular
mantenga un peso adecuado
y no ponga mucha sal a sus comidas.
De lo contrario
usted podrá olvidarse de su esbelto abdomen
que ya empezó a acumular líquidos:
los daños son irreversibles.
No beba alcohol
repito, no beba alcohol
no importa si su nueva novia piensa dejarlo
no importa tampoco
si le es imposible estar en una reunión familiar
sin la desenvoltura
que le permiten un par de copas.
¿Acaso ha olvidado medir
su concentración de enzimas hepáticas?
No piense en las propiedades
que perdió con su divorcio. La sangre
debe contener entre tres punto cuatro
y cinco punto cuatro –no más–
gramos por decilitro de albúmina.
Ignore a sus hijos que no quieren volver a verlo
pero no olvide la resonancia magnética
y programar el chequeo periódico
con su médico de cabecera.
No sienta celos de las erecciones firmes
con que otros hombres gozan de su exmujer.
El hígado es el órgano filtrante de la vida
descarta los residuos tóxicos
y el suyo está deshecho.
Concéntrese en tratar la cirrosis
no recuerde las manchas de sangre
el vidrio roto de la mesa
la mañana siguiente con la boca pastosa
las cosas que dijo –o que dicen que dijo–
el día antes de marcharse.
Al verse al espejo
no deje de sentirse atractivo
por su esclerótica amarilla.
Intente no pensar en el posible cáncer
–hepatocarcinoma–
pero cuídese
no fume, no beba alcohol
no tenga pensamientos negativos.
No se preocupe
si deja huellas en las servilletas al tocarlas
pierda el miedo a ver la vida
solamente
en tonos de amarillo.