Apretando arena
Mis pies se hunden en la arena
mientras vago a través de las costas curtidas
del pueblo de mi abuela en Samoa.
Las olas no se precipitan a saludarme
he estado fuera demasiado tiempo y
este pedazo del Océano Pacífico
no olvida fácilmente.
Me detengo y miro hacia el mar
prístino como en los folletos de viajes
no hay necesidad de Photoshop
no hay planes de desarrollo del gobierno
no hay colonización
Cierro los ojos y espero…
El viento mensajero sopla
saladas palabras en mis oídos –
Puede que hayas tomado tu primer respiro
en la fauna de mi gente, Aotearoa
pero has descuidado el ombligo de las arenas y las aguas
donde la génesis de tu
existencia tiene sus raíces.
La brisa fresca me deja entonces
para ser golpeada por los rayos del sol.
No me percaté de que apretaba la arena
hasta que sentí los granos de seda regándose desde
el espacio entre mis dedos;
granos de anhelos pasados
deslizándose hacia un pasado perdido.
Noughts and Crosses[1]
Adán
Nunca fui tu anochecer en Eva.
Tus costillas patriarcales
construyeron la caja de mi pecho
pero el tambor de mis latidos
siempre ha sido mi propio himno.
Dios
nunca fui tu caída.
Tus viejos testamentos
no conocían razón para ser
tallados como profecías en piedra
en los pozos de mis palmas.
Demonios
nunca fui su campo de batalla.
Así que tiré mi espada y escudo
y me arrodillé con el círculo
de su Legión
con corazón y brazos abiertos.
Porque pertenezco entera.
Pertenezco preciosa.
Pertenezco viva.
Pertenezco.
Siempre lo he hecho.