Mi lado oscuro nunca duerme.
Camina insomne por campos de trampas
que yo mismo siembro
y recojo como frutos de temporada.
Soy el veneno en mis tragos.
Me espero al fondo de cada copa
soñando con repartir el peso de mi dolor
entre las lágrimas por mi despedida.
Dime adiós,
deja que descansen mis huesos,
ya no los quiero.
Deja que duerman sobre sueños
y no me devuelvas a la tierra,
devuélveme a la música,
devuélveme al viento.
Hay jaulas que son el único refugio
para los que huimos de nuestra propia mente.
Hay cárceles donde podemos ser
por fin libres.
El tiempo te hace polvo y luego te sopla.
Dime adiós y brinda por mí.