El viento, durante un descanso, le preguntó a un anciano:
―¿Qué es la verdad? Y El Anciano, que era muy hablador, le susurró al viento:
―No conozco nada más irónico y bipolar que la verdad. Ese cuchillo que es al mismo tiempo de plástico y de metal; sujetado por los pensamientos; cuyo mango es la garganta y cuyo filo es la lengua.
Un arma blanca que hace sangrar al corazón; que hiere al orgullo y que hace cuestionarse a la razón su propia razón. La verdad es una puñalada que nos hace libres, pero a veces la libertad nos apuñala por la espalda.
Querido viento, no conozco nada que sea al mismo tiempo tan placentero y dañino como lo es la verdad. Querido viento, ve y dile a la humanidad la verdad.
―¿Qué verdad?
―indagó el viento con curiosidad.
―Que ya no sabe amar.