… tras tanto acá y allá yendo y viniendo. Francisco de Aldana
Están aquí y allá: de paso, en ningún
lado. Cada horizonte: donde un ascua
atrae. Podrían ir hacia cualquier
fisura. No hay brújula ni voces.
Cruzan desiertos que el bravo sol o
que la helada queman y campos
infinitos sin el límite que los vuelve
reales, que los haría de solidez y
pasto. La mirada se acuesta como un
perro, sin siquiera el recurso de
mover una cola. La mirada se acuesta
o retrocede, se pulveriza por el aire si
nadie la devuelve. No regresa a la
sangre ni alcanza a quien debiera. Se
disuelve, tan solo.