Digamos cada sílaba que contiene la vida.
Digamos no, radical y democraticamente,
empecemos a decir no al tiempo de la muerte,
pongámonos del lado de la apropiación,
la deriva, la constelación, la inversión,
la desmaterialización, la deflación del yo
en la que tal vez aparezca algo realmente interesante.
Imaginémoslo cuanto antes
porque tal vez pronto no quede nadie para imaginar,
para entender este dolor.
Amanecer sin amo,
quédate en mi corazón.