Es como una música detrás de la pared. Uno inventa una habitación para su belleza.
Algo así es el cielo.
Tu nombre suena
y emerge un continente
al otro lado de la niebla.
Assí tal la estrella norteña
está siempre estable y queda
en el çielo,
el mi corazón non sueña
con la tan traidora rueda
del anhelo.
Non mudaremos de vida.
Non araremos los llanos
con cuchillos
pues, ¿cómo la madre herida
podría a los muertos indianos
recibillos?
Aquí habemos de aguardar
a los muertos cual el valle
a los rayos
e morir en nuestro hogar
car en vientre de la madre
reencontrallos.
Si hay un lugar posible
para lo imposible que eres
es esta orilla junto a las medusas
y las plumas de calamar,
los bañadores olvidados
después de los niños.
Amanecimos
con una llave de tristeza
en la mano dormida.
Fuimos abriendo las puertas del mundo
hasta entonces pequeño como un cuerpo.