Categorías
Poesía

Adrián A. Astorgano. Sucedáneo.

 En la infancia vivimos,

                                                                                                                     y después sobrevivimos

                                                                                                                    -Leopoldo María Panero

Nuestros padres fueron astronautas

(aquellos que han visto el polo y desiertos a la vez)

nuestras tardes tan largas como una salchicha

(fosa séptica y común, cuerpos en estrecho abrazo)

A fuego lento, todo descampado donde solíamos jugar

ha terminado por hervir, hacia calles más inseguras

(precisamente a falta de infancia)

ante el posible pronóstico de una plaga de pedófilos

nos dió por crecer, entre tanto, (sólo de palabra)

huérfanos, objetos sin catalogar sobre el pavimento

esculpiendo silueta para la trampa

hablando y hablando hasta vomitar en abundancia

del valor del silencio, infravalorado en cada mutación

(el correo postal, el ruido blanco de un electrodoméstico abandonado)

en nuestro galope, tan nocturno, desesperado y fugaz

(esta torpe manía por amanecer en espiral)

Ha sido quizá nuestro lustro más confuso,

(fin de la carrera espacial y ampliación del campo de batalla)

quién iba a decir que llegaríamos hasta aquí para vivirlo

(la realidad siempre supera a la ficción).

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.