Bosque de silencio:
los clavos nocturnos de la remembranza
donde nace la yerba:
se escucha un grillo en el intervalo de los tiempos
y descubro la tristeza aún sonriente.
Por el surco del armadillo resbala su voz el hombre
con sus pómulos de muerte alegre,
miro la profundidad del ojo como una cañada de rocas,
de raíces duras,
de historia de brujos.
Me encuentro yerba,
nervadura de hoja,
mortero donde se tritura el llanto,
fermento que se bebe de alegría.