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Poesía

Angelina Suyul. Quietud.


La neblina callada guarda secretos,    

abrigo de la montaña.

Despiertan los dioses del bosque 

y anuncian tiempo de vida.

Un chauk embarca agua,

se apresura con su cántaro a bañar el mundo.

Una mujer tira hierbas aromáticas;

su madre le enseñó que la madrugada

es el lenguaje de las plantas.

En árboles, aves forman orquesta de flautas

al mediodía emergen a solearse los ts’i’ ojovetik.

Vientecillos irrigan perfume de inciensos,

el cielo de ágata celeste y blanco se torna:

el universo ha despertado.

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